¿Quién cuida a las que cuidan?

Hoy, 30 de marzo, se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar y Cuidados. Desde distintos colectivos se ha promovido una campaña para recordar la larga trayectoria de lucha por la equiparación de derechos y denunciar una situación de vulnerabilidad que, en tiempos de coronavirus, se refleja aún más. Las trabajadoras reclaman mayor protección y medidas urgentes frente al impacto económico y social también en el sector.

Las trabajadoras de hogar y cuidados no han sido incluidas en las medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, aprobadas el 17 de marzo, pero “paradójicamente” sí se declara como trabajo esencial el realizado por las empleadas del hogar y las cuidadoras en el RD Ley 10/2020, aprobado ayer, 29 de marzo de 2020, que regula el permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras de los servicios no esenciales.

Los derechos no reconocidos en el sector del empleo de hogar hasta el momento, como la prestación por desempleo, la menor protección frente al despido con el desistimiento o la no inclusión en la Ley de prevención de riesgos laborales, se convierten, en estas circunstancias, en “decisiones criminales”, que atentan contra las condiciones de vida de más de 600.000 personas en nuestro país, en su inmensa mayoría mujeres, que están cuidando a cientos de miles de familias en estos momentos en los que el cuidado de la vida se desvela como prioridad máxima.

“Llevamos años denunciando que la no equiparación de derechos vulnera la legislación española y comunitaria en materia de igualdad de trato y no discriminación”, exponen las trabajadoras. “No se puede anunciar la determinación para la ratificación del Convenio 189 y, en los momentos más críticos, excluirnos de las medidas protectoras, reincidiendo en la vulneración de derechos fundamentales”.

Si es cierto el compromiso del Gobierno para no dejar a nadie atrás, resulta imprescindible garantizar mayor protección en derechos y en salud para todos los colectivos que se están haciendo cargo de los cuidados y que serán claves para superar esta crisis. “Exigimos que de manera urgente se activen las medidas necesarias para acabar con la discriminación y exclusión injustificable del colectivo de trabajadoras de hogar y cuidados”.

La campaña pretende difundir estas reivindicaciones del sector a través de las redes sociales. En twitter, con hashtags como: #CuidaAQuienTeCuida, #DerechosParaLasQueCuidan o #30MDiaEmpleoHogar.

Entre los mensajes que se quieren difundir, destaca la crítica porque las trabajadoras de hogar y cuidados queden fuera de las medidas de protección extraordinarias pero se consideren actividad esencial.

También se denuncia que muchas trabajadoras de hogar y cuidados están haciendo su trabajo sin equipos de protección, exponiéndose a su propio contagio y al de las personas que cuidan. “¿Quién cuida a las que cuidan?”, sintetizan.

Otro de los mensajes de la campaña resalta que los despidos en Empleo de Hogar no están protegidos, ni hay subsidio extraordinario ni hay derecho a la prestación por desempleo.

La situación de las trabajadoras internas obligadas a no salir de sus lugares de trabajo para evitar el contagio y de las discriminaciones impuestas por la acción de una injusta ley de extranjería, serán protagonistas de hilos y mensajes. Son 200.000 trabajadoras de hogar y cuidados sin contrato que limpian las casas y cuidan a las y los mayores, trabajadoras sin papeles cubriendo las necesidades de cuidados de la sociedad.

“Ahora que el cuidado de la vida se desvela como prioridad nacional, ¿por qué nos excluyen de las medidas de protección a las trabajadoras de hogar y cuidados?”, se preguntan las organizaciones que han impulsado la campaña. “Una de cada tres trabajadoras de hogar y cuidados trabaja sin contrato, el 96% somos mujeres, más de la mitad migradas (la mayoría en régimen interno), cubrimos con precariedad, bajos salarios y menos derechos, los cuidados no atendidos por un sistema público insuficiente e infradotado”, recuerdan.

Muchos de los trabajos más precarios (cuidados, limpieza, alimentación, transporte…) se demuestran en esta crisis como esenciales e imprescindibles para la vida. Las trabajadoras del hogar proponen: Antes, ahora y siempre, pongamos la vida en el centro, pero no desde lo invisible, sino con derechos y desde lo colectivo.

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