Por: Andrés Monroy Gómez
Bogotá – Colombia. La mayoría de medios de comunicación del mundo dieron cuenta de la celebración del “Día Internacional de
La comparación de esta buena dosis de información contrasta con la ausencia del periodismo con enfoque de género en los demás días del año. Los medios suelen ocuparse del tema de género en fechas particulares, como el 25 de noviembre, el 8 de marzo (Día internacional de la mujer), sólo para citar dos fechas. Los restantes días, la omisión informativa o la falta de herramientas que permitan abordar de manera integral los asuntos de género, crean el clima idóneo para que la sociedad siga ignorando gran parte de las agresiones de que son víctimas las mujeres.
Por otra parte, muy poco sabemos sobre las mujeres que nos informan: condiciones laborales, de seguridad e igualdad para ejercer el periodismo. Armando Camino, en el artículo “El periodismo en la construcción de la equidad de género”, publicado por periodismohumano, evoca ejemplos de mujeres valientes que hacen del derecho a informar su mejor aliado para contribuir a la eliminación de todas las formas de violencia de género. Uno de los casos presentados en el artículo es el de Caddy Adzuba, de Radio Okapi, en
Cada país puede contar historias de discriminación contra las mujeres periodistas. En la víspera de la celebración del 25 de noviembre, durante el Primer Encuentro Distrital de Periodistas por un Enfoque de Género, Jineth Bedoya, periodista destacada en el cubrimiento de noticias sobre el conflicto armado, afirmó cómo hace unos años, las mujeres que se atrevían a viajar a las zonas de operaciones «eran vistas como las putas del paseo». Sus colegas hombres atribuían al arte seductor de las mujeres los permisos que obtenían para subir a los helicópteros militares, obtener primicias, en fin, para demeritar cualquier logro periodístico por parte de las mujeres.
Poco a poco las mujeres periodistas fueron abriéndose espacio, tanto en la labor informativa de orden público como en las salas de redacción. Sin embargo, reconoce Bedoya que aún es palpable la desigualdad en los cargos de decisión, como en los comités editoriales.
En el mismo encuentro, Francy Barbosa, periodista independiente y experta en temas de género, señaló que los medios de comunicación, como empresas que son, orientan sus políticas de acuerdo a intereses económicos. Es por esta razón que siguen primando los estereotipos, como la utilización de la mujer como parte de estrategias publicitarias. Gran parte de esta situación, agregó Barbosa, es responsabilidad de la audiencia, que no protesta por la instrumentalización del cuerpo femenino.
Volviendo al artículo de Armando Camino, encontramos la referencia a la desigualdad existente en los medios de comunicación: «La cuarta edición del Proyecto de Monitoreo Global de Medios, iniciado en 1995 y coordinado desde 2000 por
En efecto, el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMPP) presenta un análisis de la «naturaleza sistemática de la exclusión de las mujeres en los medios noticiosos». El prólogo del último estudio señala que «en las noticias, la tendencia a ignorar a las mujeres o —en el mejor de los casos— hablar sobre las mujeres, en lugar de dirigirse hacia o a través de las mujeres está profundamente enraizada en las prácticas normativas culturales y, por tanto, en la forma como se recaban las noticias, lo mismo que en las rutinas generales de producción».
Agrega el informe que: «El derecho de las mujeres a la libertad de expresión e información está severamente limitado por capas de restricciones estructurales, económicas y culturales». Esto lo reconoce la declaración de 2010 hecha por los relatores especiales sobre libertad de expresión designados por las Naciones Unidas,
Para sustentar nuestra afirmación sobre la ausencia de noticias con enfoque de género, retomamos el estudio del GMPP que concluye que de 16.734 noticias monitoreadas, sólo 6% destacaron temas sobre igualdad o desigualdad de género y el 10% de las notas citan o hacen referencia a instrumentos jurídicos locales, nacionales, regionales o internacionales pertinentes a la igualdad de género y/o derechos humanos.
Además, es necesario advertir que progresar en el tema del periodismo de género no se simplifica en la simple difusión de información. También es relevante la manera en que se transmiten a la sociedad temas tan complejos como la violencia sexual, política o social contra las mujeres. Para citar el caso colombiano, donde se ha impulsado la desmovilización de los grupos paramilitares de extrema derecha, las noticias acerca de la violencia sexual, catalogada en algunos escenarios como arma de guerra, no satisface las expectativas de amplios sectores que propenden por la dignificación de las mujeres víctimas del conflicto.
Consultamos a Marcela Páez, abogada de la organización no gubernamental ‘Iniciativa de Mujeres por
Pero, ¿cómo lograr esa especial sensibilización a través de la información? ¿Es posible darle un contenido humano a las noticias de género si en el interior de los medios se vulneran los derechos de las mujeres?
Aidan White, secretario general de
La periodista holandesa Mindy Ran, en el informe del GAPP 2010 afirma que «una información justa, equilibrada, es una manera ética de informar, que a su vez, sólo puede conseguirse con igualdad, tanto en el contenido de las noticias, como en las salas de redacción». Es aquí donde volvemos necesariamente a preguntarnos por las condiciones en que las mujeres periodistas ejercen su profesión.
Evidentemente, las mujeres periodistas no escapan a muchas de las formas de violencia. Mindy acude a los informes sindicales presentados por el Consejo de Género de
Es oportuno entonces el mensaje del Secretario General de
¿Cómo responden los propietarios de las empresas mediáticas a esta responsabilidad? Este tema es nuevo en el debate internacional, aunque los casos para su estudio no faltarán. Ejemplos como la regresión del Oriente Medio y el mundo árabe en la equidad de género son fuente de preocupación de los sindicatos regionales de periodistas. Según
Los intolerantes muchas veces advierten que las mujeres no tienen el suficiente respaldo de los medios de comunicación para los que trabajan, y por ello las persiguen, intimidan, amenazan y en los casos más dramáticos, las violan o asesinan. Esta situación debe evaluarse cuidadosamente en países como México o Colombia, donde las agresiones a la libertad de prensa los han convertido en dos de los países más peligrosos para la labor informativa, lamentable circunstancia que se suma al anacrónico machismo. ¿Existe el respaldo necesario de los empresarios de medios para proteger a las mujeres periodistas? ¿Sienten ellas la confianza necesaria para expresar sus preocupaciones de seguridad sin ser estigmatizadas? El debate continúa…
Fuente: www.bottup.com
2010