La construcción mediática de Cristina Fernández

Por Natalia Veiga (Fragmentos)

Vislumbrar el modo en el que operan las diferencias genéricas en la presentación y representación de las mujeres políticas en los medios de comunicación, fue la interrogante que motivó el desarrollo de la tesina Género, política y prensa gráfica: la construcción mediática de Cristina Fernández, presentada en la Universidad de Buenos Aires.

En el marco de esta investigación, que tuvo como fin explorar cómo el orden de género dominante y las ideologías influyen en la producción de imágenes y representaciones de la presidenta Cristina Fernández, recolectamos todas aquellas notas periodísticas, imágenes, chistes y caricaturas publicadas por Clarín y La Nación en el período comprendido entre julio de 2007 y abril de 2008, para centrarnos en aquellos momentos en los que la figura de la candidata, y luego presidenta, adquirió mayor visibilidad en la prensa gráfica.
También apelamos a los materiales de la campaña oficial como los afiches, la plataforma electoral, sus discursos, y el libro que publicó con motivo de los comicios: Pensando en Argentina. De esta manera, intentábamos también revelar cómo la propia candidata se presentaba frente a los medios de  comunicación y el electorado, y qué semejanzas y diferencias se observaban con respecto a los medios de comunicación.
Luego del primer acercamiento al conjunto de piezas que comprendía el corpus y a partir de las fuentes teóricas (provenientes de un cruce disciplinario entre los estudios de comunicación en su especificidad de comunicación política y los estudios de género), el análisis se realizó en torno a cinco ejes que detallaremos a continuación.

El nombre propio
En este primer nivel de análisis intentamos recuperar los modos en los que el discurso oficial, así como también la prensa gráfica, se referían a Cristina Fernández, rastreando qué formas utilizaron uno y otro enunciado para nombrar a esta política. Así, lo que pudimos verificar fue que el diario Clarín utilizaba en la mayoría de sus tapas y notas periodísticas simplemente “Cristina”, mientras que La Nación, si bien hacía uso del nombre de pila (aunque no en su portada), también recurría a su rol institucional (como presidenta, mandataria) y a su nombre completo. Dentro de la estrategia oficial, se apelaba al uso de “Cristina” o “Cristina Kirchner”.

La candidata y la presidenta
En esta segunda dimensión analizamos cómo se construía el perfil de esta política a través de los atributos que ella misma utilizaba para presentarse al electorado, y también la caracterización que los medios hacían de esta figura. En este sentido, pudimos encontrar varios contrastes en los usos de la caracterización de Cristina Fernández de Kirchner, pues mientras la estrategia oficial procuraba proyectarla como portadora de una trayectoria propia (en su libro se presentaban los discursos más destacados de su carrera política tanto en el Congreso como ante distintas instituciones), con aptitudes más que suficientes para desempeñar el cargo al que se postulaba, sin renegar -sino más bien resaltando- el hecho de que provenía del mismo espacio político de  su marido como estrategia de capitalización política, Clarín y La Nación constantemente recurrían a la figura de su esposo para construir su imagen como dependiente y débil, rasgo que era aún más fuerte en el segundo periódico. (…)
  
El eterno femenino 
Aquí indagamos en la agenda de los medios para revelar a qué temáticas recurrían para “retratar” a esta figura política, que además eran presentadas como propiamente femeninas: la importancia de la estética y el arreglo personal, el mundo de las emociones y la seducción. De esta forma, buscábamos recuperar cómo se producen significaciones sobre “mujer” y en este caso, más específicamente, “mujer política”, para mostrarlas como atributos “naturalmente” femeninos.
Una remisión recurrente apareció en la cobertura de las relaciones exteriores en las que Cristina Fernández aparecía junto a otro mandatario extranjero. Ella parecía estar cautivándolos o se mostraba cierta tensión “amorosa” entre ambos. Asimismo, también descubrimos una constante referencia a la apariencia física de esta política, muchas veces cercana a las modalidades del discurso de una revista de moda (como en el uso de la fotografía). (…)

Mujer y política 
En este eje procuramos vislumbrar cómo se presentaban los liderazgos femeninos, su forma de hacer política, la relación entre esfera pública y privada, y distinguir qué concepciones de “mujer” y “feminidad” entraban en juego. Lo que pudimos observar  fue que,  con el ingreso de las mujeres a la arena política, temas propios del ámbito privado como la vida doméstica y las relaciones familiares comienzan a ser tratados públicamente, lo que produce una suerte de “domesticación” de lo público. (…)
Las relaciones entre los géneros masculino/femenino y el poder 
Por último, analizamos el modo en el cual se construyen las relaciones entre los géneros, específicamente la representación que se realizaba del vínculo entre Cristina Fernández y su esposo Néstor Kirchner. Aquí pudimos encontrar a través del análisis de las notas periodísticas, pero también de imágenes que expresaban lo que tal vez no se decía abiertamente, que la ideología de género dominante operaba a través de los discursos mediáticos, estructurando los lugares y roles que se le asignan a cada uno de los géneros. (…)
 
Comentarios finales 
En términos generales, podemos señalar que la construcción de la prensa gráfica en torno a la imagen de Cristina Fernández estaba fuertemente ligada a los estereotipos de género que pesan sobre el conjunto de las mujeres  y que pueden resumirse en una fórmula casi unívoca de aceptación/justificación generalizada de la intervención de una mujer en el ámbito masculino (y masculinizado) de la política: ser “esposa de”.
La definición mediática de Cristina Fernández de Kirchner, en términos de su vínculo marital, se advierte en las constantes remisiones a su marido como estrategia descriptiva y de alusión a su identidad. Esto se observa en el empleo de distintos recursos como, por ejemplo, el uso de la comparación en algunos perfiles, la forma en la que era retratada en algunas caricaturas (con elementos que remiten a la persona de su esposo) así como también por el modo en que era nombrada por los medios analizados.
Como contrapartida, se observa que la estrategia de presentación oficial también hace uso del vínculo conyugal de la candidata, pero con un sentido distinto. Orienta así la lectura de esta condición hacia su evaluación positiva por parte del potencial electorado, a fin de capitalizar políticamente el argumento de la coherencia y la continuidad del proyecto político nacional iniciado en 2003, con la gestión de Néstor Kirchner.
Con respecto a los periódicos Clarín y La Nación presentan divergencias tanto en los recursos como en los estilos empleados para referirse a esta figura política. En el caso del primero la estrategia del perfil biográfico se utiliza para recuperar aspectos de su infancia y adolescencia. De esta forma, se recurre a su vida privada y a la trayectoria personal para explicar su ingreso a la arena política.
La Nación, en cambio, centra su descripción en el presente, pero también retoma motivos de su vida privada (como la relación con su esposo) como claves interpretativas de su inserción en la esfera pública. En este sentido es que advertimos, en las representaciones de los diarios analizados, el funcionamiento (más o menos solapado) del orden de género dominante, que presupone la existencia de una “esencia femenina” y, bajo esta suposición, opera como dispositivo de regulación cultural sobre lo que “debe” y significa “ser mujer”.

Fuente: Urbanas en red: http://www.urbanasenreddigital.com.ar

Septiembre 2010

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