Es usual, normal, cotidiano, el uso de estereotipos relacionados con los países y las nacionalidades. Diría yo que es hasta divertido descubrir como los otros ven a tu propio país, o cuáles son las creencias, presentes en el imaginario social y que nos hablan de la representación que tenemos de un sueco, un ruso o una persona de Cuba.
En el aula donde estudio alemán cada día, y que está compuesta fundamentalmente por personas procedentes de países del Este como Rusia, Polonia, Bulgaria, Letonia y Ucrania, ante mi pregunta de cómo nos ven ellos a nosotros, o sea a la gente de Cuba, afloraron ciertos estereotipos.
El ron y el tabaco, las hermosas playas y el disfrute fueron a grandes rasgos los elementos que se repitieron casi de manera consensuada. Y claro, es que ante la falta de información adquirida directamente con los ojos prevalece aquella que nos suministran los medios de comunicación, que por la insularidad de Cuba, se resume a unos cuantos sitios web de instituciones cubanas, blog y espacios digitales de medios de prensa. Demasiado poco en mi opinión.
Mis indagaciones sobre este asunto no son recientes. En el año 2012, me fui ponencia en mano, a hablar a un evento en la Universidad de Madeira, Portugal, acerca de cómo nuestros espacios digitales, y otros soportes, representan a las mujeres negras. En aquel momento hablaba, entre otros, de guías de turismo, de las muñequitas negras nalgonas y fumadoras de tabaco que nos reciben y nos despiden en el Aeropuerto José Martí.
Nuevas imágenes, viejos estereotipos
Ahora me llama la atención, ante la llegada de las instituciones cubanas a las redes sociales, el hecho de que páginas oficiales reproduzcan dichos estereotipos y construyan una idea de Cuba muy alejada de lo que es en realidad.
Tal es el caso de la página en Facebook del Ministerio del Turismo cubano, la cual cada día sube imágenes de la isla, que dan ganas de tocar a Cuba con la mano, junto a frases que de alguna manera alientan al turista extranjero a visitar la isla. Este perfil es oficial, como dice en la cabecera y responde al sitio web AutenticaCuba.com, en cuyo pie de página se puede leer: «© 2014 Ministerio de Turismo (Mintur)».
¿Cómo puedes suponer que es una página dedicada al turista extranjero?, me preguntarán algunos. Por varias razones sobrentendidas, digo yo.
Primero, es una página de Facebook, o sea fuera de la intranet cubana. Por tanto, solo el 25% de la población podría verla. Además, en ocasiones se ponen textos como el siguiente, que a todas luces advierte que no se está hablando con el cubano: «El restaurante El Templete es premiado por TripAdvisor, visítalo y podrás degustar sus platos.»
Segundo, porque en muchas de las frases invita a visitar Cuba y el turista nacional ya vive en ella. Frases como las siguientes son elocuentes: «Estás buscando un lugar para bucear y descubrir las bondades de la naturaleza, visita #Cuba, un paraíso bajo el mar»; «Si buscas un lugar tranquilo para descansar, visita #Cuba» y «Te gustaría ser un nuevo Cristóbal Colón, visita #Cuba y descubre sus encantos #TurismoCuba».
Sobre este Colón-descubridor-de-América podrían holgar los comentarios. Pero lo cierto es que ante mi reclamo me convencí que la persona que está detrás de este perfil, porque siempre hay alguien aunque sea una página de un organismo gubernamental, no tiene la real consciencia de lo que está diciendo.
Vale aclarar que no fue un descubrimiento, ni siquiera un encuentro. En mi opinión, no hay producto comercial que se sustente sobre la base del sufrimiento de miles de personas. Esta es la misma lógica que sustenta exhibir los cafetales de patrones franceses que están en Las Terrazas (ahora no se si es Pinar de Río o Artemisa) convertidos en atracciones turísticas, promoviendo su visita, sin evocarse con justicia lo que realmente fueron aquellos emplazamientos y las condiciones de vida sobre las personas esclavizadas que allí trabajaban.
Tercero, porque el hecho de que solo, sin exagerar, aparezcan turistas blancos, diría yo que europeos, en las fotos que allá se publican explica que solo a ellos va destinado.
Pero todo no termina ahí, comencé a buscar entonces con alevosía, premeditación y ensañamiento, dónde estaban los negros y negras cubanas. Y si las encontré: como músicos y bailarinas (de todos los estilos). Como no haberlo pensado antes, para que el estereotipo este completo necesita de las dos partes, como comentó el italiano Vincenzo Basile: «El mensaje es más claro que las aguas de las fotos: vengan adinerados occidentales a disfrutar de la tierra y de la cultura de la ‘exótica’ Cuba. Imagínate cuan exótico sería el mensaje con turistas negros y camareros blancos».
Creo necesario mencionar que en el año 2007 la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) exigió que la compañía Iberia, que por esa época viajaba a Cuba de manera regular, retirara un anuncio publicitario donde presentaba a las cubanas como objeto sexual y que violaba la Ley de Publicidad del Estado Español.
Interrogado sobre este asunto Basile, joven italiano quien ha estado varias veces en la isla en un rol ciertamente alejado del turista tradicional, nos dice:
«Considero que estas imágenes reiteran, y a la vez confirman, el imaginario que la gran mayoría de la población occidental tiene alrededor de Cuba. Un país de playas, baile, música y, sobre todo, turismo sexual; donde el denominador común parece ser una población en su totalidad compuesta por negros y mulatos que felizmente aceptan su colocación asimétrica y se encargan de ofrecer una excelente estancia a una oleada de turistas blancos. Siguiendo el ejemplo de sociólogo palestino Edward Said, estas imágenes podrían calificarse como un ‘cubanismo’; una específica construcción y reiteración de discursos sobre la que debe ser la imagen de Cuba y de los cubanos frente a los ojos del mundo para el uso y el consumo en Occidente. Sin embargo, y esto es lo más chocante, este discurso de corte ‘neocolonial’, racista, eurocéntrico (o llámesele como se quiera) no es fruto de una agencia de turismo localizada en Occidente ni de una manipulación cultural foránea, sino del mismo gobierno cubano. Esto sí preocupa.
o es el mundo que crea este discurso ficticio y cargado de racismo sobre Cuba. Son las autoridades cubanas del sector turístico quienes están manifestando su intención de vender esta imagen.
No faltará quien me pregunte: ¿pero que querías, se trata de vender un producto atractivo para el turista, necesitamos esa plata? Lo sé y lo entiendo, pero toca a las autoridades ingeniárselas para tener representaciones dignas de la gente de Cuba y cercanas a la realidad de la isla. Lo otro es demasiado fácil.
Fuente: Negra Cubana tenía que ser