El respeto a los derechos sexuales de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) aún constituye una nota pendiente. Así lo constató SEMlac en una encuesta que permaneció abierta en el sitio Diversidad Sexual con la pregunta: «¿Cree usted que las personas homosexuales y transgénero conocen y disfrutan sus derechos sexuales?»
A la interrogante respondió negativamente el 76,92 por ciento de los votantes. Del total, el 62,23 por ciento fueron hombres y 30,77 mujeres. La mayoría de los votos provinieron de Cuba con el 61,54 por ciento de las respuestas.
El sondeo resulta afín con los resultados dados a conocer en mayo de 2012 por la Asociación Internacional de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexual (ILGA).
Según el «Informe sobre Homofobia Patrocinada por el Estado», difundido por ILGA, el pasado año se sumaron dos naciones a la lista de gobiernos que penalizan la homosexualidad para un total de 78 países (el 40 por ciento de los miembros de las Naciones Unidas). En cinco de ellos se les condena a muerte.
Y es que el debate sobre los derechos sexuales es relativamente reciente. Si bien la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1940, fue a finales del siglo XX cuando comenzaron a visibilizarse los derechos sexuales en varias declaraciones y convenciones internacionales.
En 1997 la Asociación Mundial de Sexología (WAS) declaró que «los derechos sexuales son derechos humanos fundamentales y universales», afirmación que ha regido el quehacer de esta organización internacional y de numerosos grupos sociales, entre ellos la población LGBT.
Según publica la WAS, 11 son los derechos sexuales. Algunos de ellos reconocen el derecho a la libertad sexual; a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo; el derecho a la privacidad y equidad sexual; el derecho al placer; a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables; a la información basada en el conocimiento científico, el derecho a la educación integral de la sexualidad y el derecho a la salud sexual.
El siglo XXI puede ser el momento del cambio y la lucha por el reconocimiento de los derechos sexuales de personas homosexuales y transgénero, pues el panorama comienza a cambiar lentamente.
De acuerdo con ILGA, de los 113 países donde la homosexualidad es legal, 55 tienen legislaciones contra la discriminación por motivos de orientación sexual en el lugar de trabajo; en 10 naciones, gays y lesbianas disfrutan de plena igualdad en matrimonio y derechos y en 12 se acepta la adopción de menores por parejas del mismo sexo.
Además, 24 naciones prohíben la incitación al odio basado en la orientación sexual y 18 países cuentan con legislación específica para las personas que han pasado por un proceso de reasignación de género.
Dentro de este panorama internacional, Cuba aún no aporta cifras al sondeo del ILGA. No obstante, aunque en el país no existen leyes específicas que reconozcan los derechos sexuales de la población LGBT, el institucional Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) desarrolla desde 2010 una Estrategia Educativa y Comunicacional por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.
El trabajo sistemático de la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales del Ministerio de Salud Pública; la realización de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia -celebradas en el país desde 2008- y el activismo de redes y organizaciones sociales en varias regiones cubanas, constituyen algunos de los principales logros de la comunidad LGBT en la isla.
Hoy, la aprobación del pospuesto anteproyecto de Código de Familia en el cual se incluye el reconocimiento de la unión legal entre personas del mismo sexo junto a otras revolucionarias iniciativas, resulta una de las principales demandas de esta comunidad que aún clama por el reconocimiento y disfrute de sus derechos.