Es lamentable que tras siete ediciones de la Jornada Cubana contra la Homofobia2 aun las problemáticas de la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales) no formen parte de la agenda mediática nacional.
La academia, por su parte, no ha puesto la mirada en el (no) tratamiento del tópico en los medios de prensa en Cuba. Hoy, discutir sobre cómo los espacios informativos oficiales abordan las inquietudes y realidades de personas no heterosexuales continúa siendo una cuestión perceptiva sin fundamentos científicos.
En un país que recién incluyó expresamente en su Código de Trabajo la no discriminación por identidad de género y orientación sexual, la prensa se mantiene al margen de este y otros reclamos de lesbianas, gays, bisexuales y trans de la Isla.
«Los medios mantienen un enfoque binario en el cual, a veces, yo no me veo reflejada», comenta la activista por los derechos de sexualidades no heteronormativas Mercedes García Hernández. «¿Por qué un artículo que trata sobre las uniones entre personas se refiere solamente a la pareja formada por un hombre y una mujer y no contempla a lesbianas, gays, trans, que establecen uniones de años y enfrentan los mismo retos y problemáticas que una pareja heterosexual?», reflexiona.
La también integrante de la red social comunitaria Humanidad por la Diversidad3 agrega que los medios continúan trabajando sobre la base de mitos y creencias que tributan al estigma, la discriminación y la exclusión.
¿Es entonces la Jornada la única coyuntura para hablar del asunto?
Si bien este evento es el breve periodo del año que mayor visibilidad alcanza la población LGBTI cubana, las opiniones de activistas por los derechos sexuales coinciden en que el tratamiento de estas cuestiones se limita a la cobertura meramente informativa de acciones puntuales.
«Raramente puede leerse en la prensa nacional algún artículo de opinión sobre el tema, salvo cuando es analizado desde la óptica médica. Cuando se habla de homosexualidad y transexualidad en espacios informativos, prima un criterio biologicista, nunca se les da a las personas LGBTI la oportunidad de compartir su realidad, casi siempre se recurre a la opinión de un psicólogo o psiquiatra», opina el estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas, Yadiel Cepero Madruga, miembro de la Red de Jóvenes por la Salud y los Derechos Sexuales4.
Hace algún tiempo, tras la muerte de la trovadora Sara González, muchas personas valoraron como un avance que se mencionara a la artista Diana Balboa como la «compañera» de la cantante. Lo que para algunos fue visto como un paso adelante, para otros fue simplemente una manera ambigua de mencionar la relación amorosa de estas dos mujeres. La más reciente de estas polémicas giró en torno al asesinato de un funcionario del turismo, no solo por la manera de abordar el asunto en los medios, sino porque la prensa no acostumbra a informar casos de este tipo.
«Lamentablemente el tratamiento mediático del hecho no fue el más adecuado. Se abordó como un asesinato por ‘motivos pasionales’ cuando sabemos que este no debe ser un argumento para hablar de crímenes, ya sean de odio o no. Nunca se menciona la palabra homosexual o gay al referir el vínculo entre la víctima y el asesino, sino que se habla de una ‘relación cercana’. No vale hablar de estos casos si no decimos las cosas como son: lo que no se nombra, no existe; y lo que se nombra mal, existe mal», reflexiona la periodista Marta María Ramírez, quien ha trabajado estos temas en diferentes espacios informativos .
La comunicadora señala otra arista importante a tener en cuenta si se habla de medios: «además de la llamada prensa oficial existe otra que circula basada en internet como canal. El universo de los blogs comienza a conformar una agenda en Cuba. En estos espacios han salido voces no solo de periodistas sino también de activistas que tratan estas cuestiones. Los blogs han logrado un abordaje más sostenido del tema, aunque falta mucho como país en términos de formación, de atemperarnos a un lenguaje correcto y eliminar los matices discriminatorios cuando queremos nombrar demasiado las cosas o cuando no sabemos cómo nombrarlas y aun así seguimos escribiendo», argumenta.
Dos de estos periodistas/blogueros/activistas son Francisco Rodríguez Cruz y Maykel González Vivero, autores de las bitácoras Paquito el de Cuba y El Nictálope, respectivamente. Ambos, desde el ciberespacio, han realizado un activismo en defensa de los derechos de personas LGBTI y han intentado visibilizar aquello que la «otra prensa», la que circula en papel y llega a cada casa, no tiene en cuenta.
«Nuestros medios ignoran las vicisitudes de las personas LGBTI. Las historias de vida, por ejemplo, continúan marginadas por el discurso mediático. Ningún medio cubano, ni siquiera la radio local de Caibarién, entrevistó a Adela, la primera trans electa para integrar un gobierno municipal. La connotación de la investidura de esta delegada sí fue advertida por medios alternativos y extranjeros. La agenda oficial no admitía una historia como la de Adela, a pesar de que el suceso daba una imagen favorable de los procedimientos electorales cubanos», reflexiona el Nictálope.
Por su parte, Paquito el de Cuba, reconoce que ha habido una evolución positiva en el tratamiento del tema LGBTI en los medios, pero aún no es suficiente.
«Ya por lo menos se habla del asunto», señala Paquito, y refiere algunas experiencias positivas como la sección Club del amor y la amistad, del programa Estaciones, de la emisora Radio Rebelde. «Un hombre llama y dice que quiere conocer a otro hombre… Ahí lo importante no es la orientación sexual, sino que son personas buscando una relación de amistad o de amor. Creo que ese es el enfoque que debía tener siempre la orientación sexual e identidad de género a medida que avancemos», argumenta el bloguero.
Los espacios digitales, con el inconveniente de llegar solo a un segmento de la población, parecen tomar la vanguardia en la ruptura de algunos límites predominantes en el papel. Tanto las ediciones digitales de los medios, como las redes sociales de los mismos reflejan, con mayor sistematicidad, las acciones en defensa del respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género.
«Los medios digitales son más flexibles –advierte El Nictálope–, pero tampoco se proponen exploraciones decididas en el activismo y la pugna por los derechos civiles de las personas LGBTI. Ni siquiera el trabajo de instituciones como el CENESEX ha recibido tratamiento habitual en los medios. A menudo me parece que Mariela Castro, en su carácter de líder, interesa más a la prensa extranjera que a la cubana».
Paquito el de Cuba opina que aún no hay una reacción positiva en el público cuando se habla de diversidad sexual. «En las ediciones digitales de los medios de prensa nacionales, los comentarios de las y los lectores son negativos todavía, pero afortunadamente hay mucha réplica y personas que asumen la defensa de otras posiciones acerca del tema. Se percibe la polémica y es bueno porque se forma opinión, como también es positivo que las personas tengan dónde expresar sus reservas y así se le responde con argumentos», agrega.
Sin dudas, la realización de las Jornadas ha develado un tema hasta entonces no tratado en la prensa. Este evento ha despertado el interés de muchos periodistas con buenas intenciones y pocos espacios de superación. En cada medio existen profesionales con gran interés en hablar de estos temas y en muchas ocasiones sus textos pasan a la web porque no caben en el papel. Conducir estos intereses por un camino más especializado es también responsabilidad de las instituciones implicadas en el estudio de estas temáticas. La superación de periodistas en educación sexual y derechos sexuales es una tarea compartida.
Boom de Jornadas o no, ya la prensa cubana no puede continuar de espaldas a una realidad que siempre tuvo en frente, pero no quería ver.
Notas:
1 Periodista cubana. Trabaja en el departamento de comunicación del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex)
2 Evento promovido por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) como parte de su estrategia de defensa de la libre y responsable orientación sexual e identidad de género.
3 Red social comunitaria asociada al CENESEX. Tiene como meta promover iniciativas educativas y la implementación de políticas para el reconocimiento y respeto de la libre orientación sexual e identidad de género como derechos humanos.
4 Red Social Comunitaria del CENESEX. Está compuesta por personas jóvenes formadas como promotoras en salud y derechos sexuales, que se autodefinen como un grupo «inclusivo, diverso, participativo, dinámico, flexible de crecimiento teórico y personal, de diálogo y replicación de experiencias».