La década del sesenta del siglo pasado constituyó un periodo de grandes transformaciones en la vida de las cubanas, especialmente de aquellas que anteriormente no tenían empleo o se dedicaban a realizar las labores menos demandadas. Entre los grupos privilegiados en términos de políticas estuvieron las domésticas. Las estrategias desarrolladas para cambiar esta situación y sus impactos en la vida de estas mujeres tuvieron amplia difusión; sin embargo, poco se conoce hoy sobre este proceso. El presente trabajo se propone realizar un balance de las principales transformaciones que esta «Revolución dentro de la Revolución» supuso para ellas, a partir de la revisión de artículos, noticias y reportajes que aparecen en las primeras dos décadas. Se hará especial hincapié en lo difundido por la Revista Mujeres1, una publicación mensual destinada fundamentalmente al público femenino.
Las domésticas en los primeros 15 años de la revista Mujeres
La revista Mujeres se fundó el 15 de noviembre de l961, tras la nacionalización de la revista Vanidades. Entre sus principales objetivos, se encontraban: – Abordar la realidad de la mujer cubana.
– Difundir los planes para la igualdad de derechos y oportunidades entre ellas y los hombres.
– Divulgar las tareas más importantes destinadas al crecimiento personal y social de las mujeres como ciudadanas plenas.
– Debatir las complejidades del proceso de transformación de roles, estereotipos y juicios de valor signados por la cultura tradicional.
– Contribuir de manera paulatina a desmitificar el «american way of life» «modo de vida americano» que la anterior publicación representaba.
¿Cómo se expresaron estos objetivos en el abordaje del proceso de transformación que experimentaron las domésticas en las primeras décadas de la Revolución?
Vale destacar, en primer lugar, el cambio evidente que experimentaron las imágenes de las cubanas en dicha Revista. Deja de ser protagonista la mujer blanca, pudiente, educada, «bella», según los modelos occidentales, joven y «felizmente» casada; para dar paso a las mestizas o negras, con poca instrucción escolar, adultas y pertenecientes a los sectores más humildes. Las domésticas cobran visibilidad y ocupan un porcentaje importante de las imágenes en los números de la revista que hacían alusión a este grupo de mujeres. Las fotos de ellas realizando distintas actividades constituyen un testimonio de gran utilidad si se pretende lograr una visión más clara del proceso de cambios que estaban experimentando; se les puede observar en las aulas, marchando, insertas en diversas esferas de la producción y los servicios, tras abandonar las aulas de las Escuelas Nocturnas de Superación para Domésticas, etc.
Se le dio especial connotación a la responsabilidad y destreza adquirida por ellas a través de los programas de formación en que participaron, para desempeñar labores que tradicionalmente les habían sido negadas, por su condición de mujeres pobres, negras. Fueron igualmente promovidas aquellas iniciativas donde ellas eran protagonistas, tal fue el caso de los programas destinados a insertarlas en el sector del transporte popular (comotaxistas) o en la esfera de los servicios bancarios.
Estos primeros 15 años de labor periodística también sirvieron para resaltar los avances alcanzados por losprogramas de superación e inserción laboral destinados a las domésticas. Aparecen artículos con datos estadísticos que evidencian el impacto positivo que tuvieron estas estrategias y el entusiasmo con que fueron acogidas. Estos
trabajos se acompañan, generalmente, de los testimonios de las antiguas domésticas y también de directivas e instructoras del Programa Nacional de Superación. Sus opiniones constituyen la prueba más evidente de la connotación que tuvieron estas medidas no solo en la vida de estas mujeres, sino en la de sus familiares; ya que a
través de estas se hacía evidente la felicidad que experimentaban y el profundo agradecimiento que sentían por la Revolución y sus máximos dirigentes.
Sus expresiones constituían el incentivo más atrayente para quienes aún no se habían incorporado a estas diversas iniciativas, quienes también podían encontrar
en estos ejemplares las nuevas convocatorias y las direcciones a donde tenían que acudir si querían incorporarse a alguno de estos programas. Se quería lograr la
inserción educacional o laboral de la mayor parte de las domésticas existentes, en iniciativas que aunque surgieron en la Habana se fueron extendiendo
paulatinamente a otras regiones del país.
Asimismo, fueron divulgadas las estrategias destinadas a aliviar a las familias, y en especial a las mujeres de la carga doméstica (anteriormente asumida por las domésticas, en el caso de las familias que tenían recursos para contratar estos servicios). Destacan artículos referidos a las lavanderías populares, los círculos y los jardines
infantiles, los programas para el arreglo de equipos electrodomésticos, los nuevos horarios de los servicios de apoyo a la familia (para que las que contaban con empleos en el espacio público pudieran valerse por ellos), entre otros temas. Se debe acotar que esta publicación constituyó un medio fundamental para la difusión de las agendas de
trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC, surgida el 23 de agosto de 1960), así como de los informes referidos a sus principales avances y retos.
Del mismo modo saltan a la vista otros cambios en los contenidos presentados por la revista, encaminados fundamentalmente al cambio de mentalidad y a lograr una mayor conciencia a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, así como a elevar el nivel cultural y de instrucción de las lectoras. Este hecho se puede constatar a través
de la aparición en dichos números de testimonios de mujeres transgresoras, autobiografías de algunas que marcaron pautas en la historia de la humanidad y en el desarrollo de la ciencia, la presentación de obras de la literatura universal de reconocido valor, la propagación de datos e información de actualidad no solo referida al
acontecer nacional, sino al internacional, entre otras.
Reflexiones finales
No obstante el proceso de transformación anteriormente descrito, coexisten en los números de revisados algunos elementos que reflejan la difícil misión de romper con los cánones tradicionales moldeados por la cultura patriarcal y que se expresan en:
– La coexistencia de los trabajos aludidos con otros que hacen referencia a aspectos esenciales del modelo tradicional de feminidad.
– La existencia de caricaturas al final de cada número, en ocasiones contraproducentes con los mensajes a favor de la equidad emitidos en el cuerpo de la revista.
– La permanencia y centralidad de secciones destinadas a legitimar, como principales preocupaciones de la mujer, el cuidado de la descendencia, las labores del hogar y la moda.
Pese a estas limitaciones, que podrían entenderse como evidencias de las dificultades que existen para eliminar de forma inmediata las pautas sexistas instauradas de antaño, los avances descritos en el cuerpo de este texto permiten comprobar la importancia de los medios de comunicación como potenciadores del cambio aspirado, especialmente de aquellos dirigidos a las mujeres y que pretenden, en primera instancia, lograr su mayor autonomía y el disfrute autentico de las libertades que como ciudadanas tienen. Este es un aspecto vital en la labor que se realiza por la equidad de género, pues su logro requiere de un periodismo ético, revolucionario, ejercido desde y para las mujeres.
Notas:
1 Fueron consultados para este trabajo, todos los números de la Revista Mujeres (La Habana, Cuba) que fueron publicados
desde su fundación en el año 1961 hasta el 1976.