¿Cómo ven los medios a las cubanas de la ruralidad?

Primer plano: el campo y a lo lejos una mujer que se acerca. Segundo plano: la mujer habla y pareciera que el (o la) periodista la interroga a la fuerza, en vez de entrevistarla. Tercer plano: se le ve de cerquita el rostro arrugado, la piel quemada y las manos toscas, mientras una voz en off reproduce un discurso mil veces escuchado a partir del cual, tras las frases de “mujer aguerrida” o “trabajadora ejemplar”, una suele quedarse con la imagen de que inspira lástima.

Detesto ese tipo de reportes. Son caricaturas de medio minuto, deformaciones mediáticas de un objetivo noble: la necesidad de cambiar los estereotipos culturales que perpetúan la discriminación hacia la mujer rural, a quien la Historia de Cuba destaca como heroína independentista, la prensa actual como “indispensable” complemento del campesino y muchos programas de entretenimiento como una guajira, fea y bruta.
Todo eso sin señalar, aún, que el tema de la equidad de género en el ámbito rural no
clasifica es muy tratado por la prensa nacional. Solo al busque en Google las palabras
claves para este contenido hallará lo que yo: más de 20 textos periodísticos recientes, la
mayoría publicados el 15 de octubre del 2015, Día Mundial de la Mujer Rural. Antes,
muy poco. Después, menos, casi nada.
Un análisis del Noticiero Nacional de la Televisión Cubana entre noviembre de 2015 y
enero de 2016, en sus emisiones diarias de las 8 pm, corrobora esta tesis. Aunque ellas
constituyen el 21 por ciento del total de mujeres cubanas, cuando se informa sobre este
sector poblacional no se les menciona con frecuencia. asentamientos campesinos de Cuba; y desde Granma, que tiene en Bayamo la mayor
cantidad de mujeres rurales; o desde Guantánamo, que contiene en Maisí la mayor
cantidad de cantidad de dueñas de tierras en usufructo.
No es que se silencie el tema, sino que se trata poco… y mal. Son una minoría
convertida en blanco de malos chistes populares que luego los medios refuerzan cuando
lo que muestran en pantalla, o publican en la radio y los periódicos, responde al patrón
machista esperado por la mayoría.
En 2012 el Censo Nacional de Población y Viviendas reveló algunas de las causas de
esta representación social: hasta ese año las mujeres rurales eran el 32,4% de la
población rural general del país y solo el 26,2% del total de trabajadores rurales. De esta
pequeña cantidad, apenas el 47,8 % tiene nivel medio y superior.
O sea, en los campos del archipiélago viven más hombres que mujeres, de las cuales son poco más de un cuarto las
que trabajan y la mayoría de estas (52,2%) no pasó de la Secundaria Básica. No obstante, el índice de escolaridad
arrojado por el Censo muestra que contando a las amas de casa el nivel predominante es el de Preuniversitario.
¿Cómo pueden los equipos de comunicación contribuir a cambiar la percepción que nos induce a imaginar a las
mujeres rurales como seres dependientes? Aqui va una propuesta…

Yisell Rodríguez Milán. Licenciada en Periodismo. Editora del portal Soy Cuba. Colaboradora con varias revistas culturales. Bloguera
(@YisellRMilan).

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