El género, como construcción cultural más o menos compartida, participa en el ordenamiento de la sociedad patriarcal a partir de las creencias, estereotipos, juicios y valores que se engarzan para prescribir, entre otras cuestiones, la manera en que hembras y machos debemos (tenemos) que comportarnos.
Por otra parte, cuando el género se relaciona con otras realidades de la existencia humana, como puede ser la identidad o pertenencia racial, tenemos como resultado una compleja trama de relaciones sociales donde se preservan determinados paradigmas relacionados con el hecho de ser una mujer negra o un hombre blanco.
Conocemos el valor de los mass medias en la representación de sociedad1. No obstante, se discute si los medios son los generadores y creadores de contenidos, o tan solo un reflejo de la realidad. Más allá de eso, lo importante es reconocer la importancia que tienen en la reproducción (más o menos literal) del imaginario popular.
Había una vez un… un feminismo que dijo
Cuando en el 2007 la sección SERES de la Sociedad Cubana de Psicología realizó una exposición de fotos de personas negras y mestizas, en la Galería Fama de la Habana Vieja, estaba yo muy lejos de imaginar que seis años después las principales cuestiones relacionadas con la presencia de ese grupo poblacional en los medios en Cuba continuasen reiterándonos que a quienes tenemos la piel oscura nos cuesta más trabajo llegar al «vidrio»2, a la publicación impresa o al sitio web.
Dentro de los estudios acerca de la racialidad desarrollados en el ámbito de la representación de las personas negras y mestizas en los medios de comunicación, se ha revelado la inequidad racial aun presente en el país en otras áreas de actuación humana. Dichas investigaciones han sido realizadas, fundamentalmente, por estudiosas/os en el campo de la psicología, la comunicación social, el periodismo, la publicidad, la sociología y otras disciplinas afines.
Entre las autoras algunas se han autoreconocido como feministas o activistas por la equidad de género por ejemplo: Norma Guillard, Irene Esther Ruiz, Daysi Rubiera, Isabel Moya, Lirians Gordillo, Helen Hernández Hormilla. Unas son jóvenes, otras no tanto; sin embargo, a ellas debemos haber revelado aspectos importantes de la temática en cuestión, constituyendo aportes desde el feminismo cubano al estudio de los medios de comunicación.
Como hallazgos fundamentales de esas y otras investigaciones tenemos:
- La poca o nula presencia de las personas negras en las narraciones, no importa cual sea el soporte. Cuando están presentes se realiza un tratamiento estereotipado3.
- Uso del cuerpo de la mujer negra y mestiza en la publicidad diseñada desde Cuba para el sector turístico. La imagen de Cuba difundida en el mercado del turismo está muy ligada a la explotación de la mujer negra, ya sea en su condición de esclava sexual o de sirvienta4.
- En la actualidad, el tratamiento en la música, la literatura y en el audiovisual de los cuerpos negros, en particular femeninos, no adjudica necesariamente a la mujer tal disponibilidad pasiva (relacionada con la subordinación de la esclavitud). En su lugar aparece como figura del deseo y es representada como destino ineludible para hombres con vida sexual activa (negros y blancos)5.
- La cosificación de la mujer negra como objeto del deseo6.
- El olvido (o maltrato) de la participación de negros y mestizos en las luchas libertarias.
- La banalización de algunos aspectos culturales que constituyen parte del legado afro. Mercantilización de los valores culturales.
- Las mujeres negras son quienes llevan la peor parte en la representación. Cuando existe un personaje negro protagonista de un audiovisual casi siempre es hombre.
- Las mujeres negras están subrepresentadas en roles activos dentro de la televisión cubana, o sea, como periodistas, conductoras, comunicadoras, especialistas, comentaristas deportivas, etc.7
- Existen muy pocas historias de amor (por no decir ninguna), televisadas o narradas, donde las personas negras sean las protagonistas8.
- Uso recurrente en los medios de comunicación cubanos de estereotipos racistas presentes en el imaginario popular con la utilización de chistes, refranes, etc.
A partir de los hallazgos anteriores podemos, entonces, trazar un camino con el objetivo de estimular la representación de las personas negras y mestizas de la manera más digna posible en los medios de Cuba.
Otra manera de hacer: principios para desconstriur los modos habituales de representación de las personas negras en Cuba
En este apartado expondremos algunos principios a tener en cuenta a la hora de representar a las personas negras y mestizas, atendiendo sobre todo a la subversión de estereotipos, mitos y creencias y, por tanto, a la lucha contra el racismo y la discriminación racial en Cuba.
– Equidad y justicia social. Tratamiento digno de la condición humana:
Cada material audiovisual o impreso debe proponer una visión justa y equitativa de todas las personas incluyendo, por supuesto, la pertenencia racial. Es importante prever si nuestra creación va a lacerar de algún modo la dignidad humana. No se trata de mostrar una visión utópica e irreal, sino de que se realice un tratamiento profundo de manera que se eviten los acercamientos superficiales y maniqueístas. En este sentido es importante reconocer qué aspectos compartidos en el imaginario social del país nos alejan del tratamiento digno de las personas.
– Si Ud. va a concebir un personaje tenga en cuenta su pertenencia racial y cómo se relaciona con otros aspectos identitarios:
Por lo regular, las personas se reconocen parte de determinados grupos, incluyendo los raciales/étnicos, al sentir que comparten ciertos atributos que les hacen pertenecer. Somos seres humanos, pero además orientales, mujeres, citadinos… personas negras o afrodescendientes y nuestra actuación está impactada por esas múltiples aristas de la existencia humana, particularidades estas que también nos diferencian.
– Mitos, estereotipos asociados a la racialidad y en específico a la negritud. Deconstruir antes que reforzar:
Los comportamientos son atribuibles al ser humano y no a personas específicas; sin embargo, en el imaginario social cubano prevalecen ciertos estereotipos racistas y una visión racializada de la conducta, como si la identidad o pertenencia racial los explicase. Ante esta realidad, si se va a diseñar un personaje es necesario ser consciente de cómo las características psicológicas elegidas contribuyen a reforzar o deconstruir dichos estereotipos, por ejemplo: «el blanco flojito» o «la negra de solar».
– La presencia de los cuerpos negros en los audiovisuales:
Es común la representación de cuerpos negros, sobre todo de mujeres, asociados a estereotipos como la hipersexualidad ―fijémonos en el uso de la mujer negra y mestiza en los videos clips―; lo que contribuye a reforzar la condición de objeto sexual que se atribuye desde el patriarcado a las mujeres, y que en el caso de las negras se vincula, ontológicamente, con el sometimiento a los deseos sexuales de los amos durante la esclavitud.
– Tratamiento de la discriminación racial de las personas negras hacia otras personas:
En el abordaje del complejo tema de la discriminación racial por parte de personas negras hacia blancas/os, chinas/os, etc., o hacia otras personas negras tengamos en cuenta que:
- El racismo es una ideología según la cual las cualidades positivas son privativas de la blancura y las negativas de la negritud, estableciendo un continuo, donde lo blanco es lo bueno, lo bonito y lo deseable y lo negro lo feo, sucio, lo detestable, etc.
- El racismo en Cuba es fundamentalmente antinegro, según múltiples investigaciones sociológicas e históricas.
- Las personas negras fueron educadas bajo los mismos valores y en la misma sociedad racista que el resto de la población. Además, se construyeron identitariamente en un arduo proceso de negación y pueden reproducir, lamentablemente y tal vez en contra de su voluntad, los prejuicios de los cuales han sido víctimas.
- • Ante la intención de visibilizar que las personas negras también pueden ser racistas, lo cual es un objetivo loable, puede producirse el resultado inesperado: el resto de la población podría pensar que tienen derecho (o es natural) a ser racistas, porque hasta los mismos negros lo son.
– Tratamiento de la violencia:
Las investigaciones sociológicas y psicológicas apuntan que no hay una relación directa entre la pertenencia racial y socio-clasista y la violencia; sin embargo, en el imaginario social cubano persiste la creencia de que, sobre todo, los hombres negros son violentos o que la mayoría de los violentos son negros. De hecho en la televisión muchas veces la persona que delinque es negra. Se hace necesario conocer esto para no reforzar dicho estereotipo.
– Roles otorgados a las personas negras:
Privilegie roles protagónicos versus la pasividad o victimización de la población negra: sirvientes, esclavos, domésticas, prostitutas, etc. Del mismo modo, es importante distinguir cuándo estamos haciendo uso de la condición racial para darle legitimidad a un personaje o a una historia; que la madrina o el santero siempre sean personas negras o mestizas se sustenta en el aspecto anterior. En las telenovelas cubanas de época es muy común encontrar a las mujeres negras como sirvientas, nanas, madres de leche, y nunca como vendedoras, empleadas, labores que también ocuparon quienes eran libres, por ejemplo.
– La Revolución no hizo a los negros persona:
Si bien han sido encomiables, aunque no suficientes, los esfuerzos de la Revolución en la eliminación del racismo y la discriminación racial, es ahistórico presentar la idea (socorrida por demás, sobre todo en los informativos y la prensa plana) de que antes de la Revolución «los negros nada» y ahora «los negros todo». Dicha creencia anula la participación de la población negra y mestiza, de manera decisiva, en la construcción de la nación cubana mucho antes de 1959, así como simplifica la labor de ellos y ellas en ámbitos como la economía nacional, el sindicalismo, la educación, la enfermería, la abogacía, sectores en los cuales negros/as y mestizos/as siempre han participado de manera destacada.
– Patrones de belleza no europeos:
No todas las personas negras siguen patrones europeizantes de belleza. Es más, cada día un sector de la población ―ejemplificado excelsamente por quienes producen y consumen la música rap9―, escoge resaltar los rasgos que le acercan a la africanidad. Sería ideal poder mostrar la diversidad en toda su extensión, lo cual es muy poco común en nuestros medios de comunicación.
– No hacer uso de chistes racistas:
Se dice que la cubanía está muy relacionada con la capacidad de reírnos de nuestras propias debilidades. Más allá de lo discutible que pueda ser este argumento, lo cierto es que no hay razón para enorgullecerse ni reírse del racismo y la discriminación. Es por ello que se hace necesario eliminar del habla aquellas frases, refranes o aforismos que se sustenten en creencias o estereotipos racistas.
Ejemplos de buenas prácticas
Como expresamos anteriormente, existe un camino labrado que nos ha revelado como los medios de comunicación representan de manera estereotipada a la población negra y mestiza. En este sentido me gustaría resaltar la labor sistemática y consciente de dos instituciones cubanas, expresada particularmente en los materiales que bajo su amparo publican sus respectivas editoriales.
Tal es el caso de la Editorial de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas, que dirige la Dra. Isabel Moya Richard, estudiosa de los medios de comunicación, en específico de la representación de las mujeres. Sin embargo, no se trata de un esfuerzo de una sola persona, junto a ella trabaja un colectivo creativo del cual obtenemos frutos palpables.
Diversos son los materiales de la Editorial de la Mujer en este sentido. Las Cuquitas y Cuquitos10 donde aparece representada la diversidad no solo en cuanto al género, sino también racial. Como producto destinado a la infancia, el valor es incalculable ante la falta de juguetes y artículos didácticos que tenga en cuenta la diversidad racial en el país11.
Sin dudas, el producto comunicativo más célebre de dicha casa editorial es Mujeres, revista que de manera sistemática incluye la imagen, vida y obra de las afrocubanas. No se trata solo de una cuestión de representatividad, sino que se asume de manera intencional que las negras y mestizas participamos en la construcción de manera decisiva de nuestra sociedad, lo cual queda plasmado de manera coherente en la publicación.
El material más reciente de dicho sello es el manual Para todo tipo de cabello, que viene a llenar del vacío del autocuidado del pelo, no solo de los lacios sino también con orientaciones para quienes lo tenemos muy rizado. Tuve la oportunidad de revisar la publicación, de la autoría de la periodista Gladys Egües Cantero, quien acaba de ganar el Premio Nacional de Periodismo, y ciertamente desde el lenguaje utilizado hasta las imágenes que se presentan, el folleto resulta ser un producto comunicacional que rebasa lo hasta ahora propuesto en cuestiones de representación de la diversidad de la población.
Por su parte, la Editorial Lazo Adentro, perteneciente al Centro Nacional de Prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH-sida que dirige la Dra. Rosaida Ochoa, es otro ejemplo de la constancia en la representación equitativa de la racialidad, esta vez en el ámbito de la promoción de salud.
Los materiales educativos de dicho sello reconocen la pertinencia de representar de manera justa y equitativa a mujeres y hombres de Cuba, teniendo en cuenta su identidad racial, sexo-genérica, orientación sexual, etc. Del mismo modo, los audiovisuales que dentro de las campañas nacionales ha realizado distinguen la presencia de personas de uno y otro sexo y de varios colores de la piel: ahí está la serie Tú puedes, donde se incluyen a personas públicas y líderes de opinión teniendo en cuenta lo que ellos y ellas significan para la población en general. Recuerdo con estima aquel donde la agrupación Sexto Sentido, formada exclusivamente por jóvenes negras y mestizas, nos brinda un mensaje de prevención de la infección por VIH.
Los dos ejemplos anteriores nos sitúan ante la realidad de que las personas negras podemos estar presentes en nuestros medios de comunicación. Las sentencias de que «los negros no fotografiamos» o «no imprimimos» encuentran a su paso la labor creativa de un grupo de especialistas, cada día más numerosos quienes hacen de la justicia social su principal principio.
Notas:
1 Popularmente se dice en Cuba que lo que no sale por la televisión no existe, aunque últimamente se subraya que lo que no está en Internet tampoco.
2 Manera popular de designar a la televisión en Cuba.
3 Norma Guillard: «La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad». Disponible en http://www.unb.br/ceam/nescuba/artigos/pano221.htm. Consultado 7 de abril 2008.
4 Desiderio Navarro: Presentación en La Ceiba, 22 de agosto 2009.
5 Sandra Álvarez: «Las mujeres negras cubanas: apuntes sobre su identidad y diversidad». Conferencia dictada en la Metropolitan University, Londres, 2010.
6 Sandra Álvarez: «Esclavitud y cuerpos al desnudo. La sexualidad de la mujer negra», en Sexología y Sociedad, no. 37, agosto 2008. Disponible en http://www.cenesex.sld.cu/webs/esclavitud_y_cuerpos_al_desnudo_37.htm.
7 Irene Esther Ruiz: «Para verte mejor. Un estudio acerca de la presencia de la mujer negra en la televisión cubana». Disponible en http://negracubana.nireblog.com. Consultado 15 de junio 2007.
8 Ibídem
9 Norma Guillard: Ibídem.