Libro rescata aporte cultural de las cubanas
Un catálogo enjundioso de mujeres ilustres para la cultura e historia de Cuba en las primeras décadas del siglo XX constituye el libro Damas de social, presentado por la Editorial Boloña, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, el 13 de febrero en La Habana, como parte de la 24 Feria Internacional del Libro.
La compilación de las escritoras Nancy Alonso y Mirta Yáñez se centra en 28 mujeres intelectuales que colaboraron con la revista Social, una de las más influyentes publicaciones culturales cubanas que vio la luz, mensualmente, de 1916 a 1933, y entre 1935 y 1938.
Literatura: Premio Casa rescata historia de las mujeres
La lectura feminista de la historia trae de vuelta a una de las figuras indispensables de la independencia americana en el ensayo La loca inconfirmable. Apropiaciones feministas de Manuela Sáenz (1944-1963), de la venezolana Mariana Libertad Suárez, galardonado con el Premio Extraordinario de Estudios de la Mujer Casa de las Américas 2014.
El jurado, compuesto por las expertas en género Anabelle Contreras Castro (Costa Rica), Chiqui Vicioso (República Dominicana) y Norma Vasallo (Cuba), encontró en la obra una "inteligente capacidad crítica y argumentativa", junto a un bien logrado enfoque de género, excelente escritura y brillante manejo de fuentes bibliográficas.
La historia de las mujeres no está en los libros de Historia
Por Sara Más / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Los nombres de Cecilia Aristi, Luisa Martínez Casado, Dominga González o María Josefa Agüero no se conocen popularmente en Cuba. Tampoco abundan los libros donde aparezcan sus historias u otras similares de cubanas del pasado que todavía la memoria no ha podido rescatar del olvido para las nuevas generaciones.Movimiento feminista del siglo XX no figura en la historiografía nacional
De la redacción /Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
A cien años de la fundación de las principales organizaciones feministas en Cuba, este movimiento constituye aún un tema pendiente en el debate académico cubano."El feminismo siempre se ha vinculado a un asunto menor, de poco sustento teórico-metodológico, pues todo discurso que transgreda el canon androcéntrico se califica de irracional y superficial", afirmó el historiador Julio César González Pagés durante una conferencia dedicada al centenario del movimiento feminista en Cuba.
Si bien el investigador reconoce la importancia del pensamiento y accionar de muchas cubanas durante los siglos XVIII y XIX, opina que es desde la actualidad que podemos catalogar de feministas a esas figuras. Por eso registra como el inicio del movimiento en la isla la creación, en 1912, de las primeras organizaciones que asumieron en su programa esta ideología.
Hemingway, Leopoldina, María Ignacia y yo (II parte)
Por Ilse Bulit
La Habana, julio (SEMlac).- Ernest Millar Hemingway nació en Oak Park, Illinois, en julio de 1899. María Ignacia, en La Habana, Cuba, en septiembre de 1890. El invisible lazo de una piel olivo los comunicó.
Un budista sen, más poeta que budista, dijo: "el aleteo del ala de una mariposa mueve las estrellas". En vocabulario científico lo afirman ahora los estudiosos de la Física Cuántica. José Martí, el misterioso cubano del siglo XIX, lo resumió en esta frase: "las ciencias confirman lo que el espíritu presiente". Y yo presiento que las palabras de una mujer admirada, traídas al recuerdo de un cerebro enfermo, pueden inducir al suicidio.
Hemingway, Leopoldina, María Ignacia y yo (III parte)
Por Ilse Bulit
Cuando en África conocí de cerca a la cantante Miriam Makeba, sus ojos alargados me devolvieron los de Leopoldina, esa amante maltratada por los saqueadores de la vida íntima del escritor Ernest Hemingway.
Esos ojos carmelitosos eran poseídos por las mujeres de la familia, pero ella fue la única dueña de la piel olivo envidiada por mí y definida por él con el ahorro de adjetivos de un periodista cuajado como corresponsal de guerra...
Hemingway, Leopoldina, María Ignacia y yo, (Parte IV)
Por Ilse Bulit
La Habana, agosto (SEMlac).- Leopoldina, la de la piel olivo, correteaba por la calle Peña Pobre como la otra mulata, la Cecilia Valdés protagonista de la novela homónima de Cirilo Villaverde. Quienquiera conocer las costumbres y contradicciones de La Habana del Siglo XIX, acuda a sus páginas. Quien quiera conocer las del principio del Siglo XX, las tiene en las novelas de Miguel del Carrión.
Y en esas fechas vivían adolescencia y primera juventud, Leopoldina y María Ignacia. Como la Cecilia, Leopoldina, frente al espejo del hogar de su media hermana María Ignacia, contaba con su belleza para tentar la fortuna.
Hemingway, Leopoldina, María Ignacia y yo (parte V y final)
Por Ilse Bulit
Con la sospecha, María Ignacia acudió a un médico amigo. Lo confirmó. Mi abuelo Abelardo le contagió la sífilis, regalo de los lupanares. La idea de la muerte, la vergüenza, la rabia contenida, saberse usada, irrespetada.
Con su madre Rosalía aprendió a ofrendar las lágrimas sólo a los muertos. Primero, someterse al tratamiento. Si su progenitora botó a cazuelazos a su padre por traidor a la patria, las normas blancas adquiridas en la casona de los Pedroso, le imponían otra táctica.