Gestionando emociones positivas, para contrarrestar la covid 19

Los tiempos que nos asisten por el confinamiento y la cuarentena provocada por la Covid-19 coloca a las mujeres en una situación difícil desde el punto de vista emocional, pues todavía están pendientes asuntos relacionados con el autocuidado de su salud física, social, mental y los efectos nocivos que provoca la violencia de género.

Las estadísticas internacionales y nacionales reflejan una alta participación de las mujeres en los espacios laborales, vinculados con los servicios asistenciales de salud y otros renglones productivos importantes de la sociedad, en los cuales convergen el trabajo informal, los domésticos, el teletrabajo o la permanencia en el hogar para el cuidado de niños, ancianos, o por factores de riesgos que pueden incidir en la infección por Covid.

Las emociones son lo que sentimos y vivenciamos. Están ligadas a los sentimientos y  se expresan en formas de comportamiento.Las situaciones negativas de la vida cotidiana pueden generar alteraciones de las emociones y el comportamiento. Esta   sobrecarga de roles de las mujeres, a partir del confinamiento , aislamiento social y sobreexigencias laborales  provocan una recursividad de problemáticas que generan  alteraciones emocionales, tales como:

  1. Ansiedad extrema.
  2. Insomnio.
  3. Nerviosismo.
  4. Alteraciones en la tensión arterial y los ciclos menstruales.
  5. Desórdenes alimentarios.
  6. Dificultades y alteraciones en el sistema óseo-muscular, provocado por las tensiones.
  7. Irritabilidad, angustia, llanto, tristeza entre otros problemas emocionales.
  8. Dificultades en la sexualidad.
  9. Pensamientos de suicidio.
  10. Adicciones a psicofármacos o consumo excesivo de tabaco o alcohol.

Algunas de estas manifestaciones pasan inadvertidas para las mujeres y se suelen identificar desde el mandato patrircal como quejas o situaciones típicas de ellas, por problemas asociados a la menstruación; o simplemente son ignoradas con frecuencia. Estas emociones negativas son detonantes de dificultades, postergan el autocuidado, la calidad de vida y genran situaciones que vulneran los derechos. Otras actividades como el descanso, el ocio y el bienestar personal constituyen acciones importantes en la vida de las mujeres; sin embargo, no siempre se tienen en cuenta para el desarrollo personal, social y emocional.

Parte de su causalidad se contempla en la reiteración de un sistema patriarcal, en el cual la mujer es considerada “el centro” de toda la actividad doméstica, y en la reproducción de los roles estereotipados y sexistas.

¿Cuántas veces nos preguntamos si estamos en sintonía con nuestros deseos, voluntades o necesidades personales? ¿Por qué posponemos nuestras necesidades, si nos sentimos mal de salud o indispuestas?¿Por qué decimos “sí” cuando queremos decir “no”? Estas interrogantes nos guian para reconsiderar nuestra actuación  en la vida cotidiana.

¿Cómo influyen las emociones negativas en nuestro autocuidado?

El autocuidado implica y afirma los elementos fundamentales  asociados a la construcción cultural de las identidades y el género; es la llave del empoderamiento y la autoestima, de ahí que considere la sensibilización de género, la participación social, la proactividad, la corresponsabilidad y el empoderamiento.

Como parte de la protección emocional, el autocuidado en tiempos de Covid-19 implica custionarse ¿qué estamos haciendo desde nuestro espacio laboral, personal y familiar, para mejorar nuestra salud mental, física y social?

Las mujeres debemos procurar espacios para nosotras, aun cuando las circunstancias sean adversas por el poco tiempo y la sobrecarga familiar. Por eso, el autocuidado implica:

•             Cuidados físicos, ejercicios y bienestar.

•             Cuidados emocionales (expresar las mismas sean positivas o negativas).

•             Actividades sociales (compartir con la familia, amigos, pareja, crear redes).

•             Acciones laborales (cumplimiento de los protocolos de atención físicos y psicológicos, evitar la violencia laboral).

•             Estimulación y apoyo de toda la familia, en corresponsabilidad con los quehaceres del hogar.

•             Cuidados sociales  y ecónmicas (consideración económica, reconocimiento social, ofrecer apoyo).

•             Tomar tiempo para sí, descanso oportuno, recreación saludable.

•             Pedir espacios personales.

•             Ofrecernos oportunidades y regalarnos nuestros caprichitos y gustos.

 

¿Cómo proceder para gestionar emociones positivas?

Para gestionar emociones positivas, es importante reconocer qué estados emocionales estamos manifestando. Es factible acudir a ejercicios de relajación, visualización, respiración meditativa y fortalecimiento de pensamientos positivos, de seguridad o actividades que bajen nuestros niveles de ansiedad y angustia.

Entre estos ejercicios y actividades podemos encontrar:

Relajación mediante música o ejercicios de meditación, con respiración profunda, baile.

Escribir los sentimientos y emociones negativas que estamos sintiendo, para explicitarlos, evitando negarlos, lo cual evita somatizarlos

Escuchar música.

Evitar sobresaturarnos con informaciones negativas.

Establecer horarios para nosotras y la familia.

Coordinar corresponsalía en las labores del hogar.

Solicitar ayuda psicológica si es necesario.

Aunque estemos en casa, no descuidar el arreglo personal, aseo, vestuario.

Actividad física, en casa, con repertorio de ejercicios generales de potenciación física.

Actividades manuales, de artesanía, conjuntamente con miembros de la familia.

Estas actividades pueden aportar beneficios a la salud y minimizan el surgimiento de emociones negativas típicas de estas situaciones de aislamiento, o en condiciones adversas por las que transitamos las mujeres y toda la familia en tiempos de Covid- 19, u otras circunstancias adversas de la vida cotidiana.

Los tiempos actuales conminan a ser creativas para lograr una buena gestión de las emociones, teniendo en cuenta la sobrecarga de roles que nos asiste. Por eso el autocuidado debe constituir un ejercicio en nuestra agenda de tareas diarias. La prioridad es entender que “nosotras”, saludables y emocionalmente sanas, podemos cuidar de de otras personas y así, en los próximos tiempos de post pandemia, decir que resistimos.

Gestionar nuestras emociones positivas es también un derecho adquirido.

[1] Doctora en Ciencias Pedagógicas, especialista en sexualidad y género

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