Matrimonio igualitario y diversidad familiar a debate ciudadano

Con la consulta del anteproyecto para reformar la constitución desde este 13 de agosto, en Cuba, también irán a discusión ciudadana viejas demandas de la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y personas trans) en la nación caribeña, entre ellos el matrimonio igualitario y el reconocimiento de la diversidad familiar.

Precedidas por amplias discusiones en la Asamblea Nacional, televisadas el pasado mes de julio, las reformas y propuestas serán analizadas por la población en comunidades, espacios laborales y sociales, antes de tener una formulación definitiva y someter a referéndum popular la nueva Constitución.
Aunque los cambios a la constitución abarcan muchos temas relativos a la estructura de gobierno, el reconocimiento de la propiedad privada o el impulso de la inversión extranjera, ya han empezado a generar criterios diversos en torno al matrimonio igualitario, otras de las propuestas contenidas en el documento.
El anteproyecto que se lleva a consulta ciudadana desde este lunes incluye un concepto mucho más avanzado e inclusivo del matrimonio, que abre la posibilidad al matrimonio igualitario en la isla caribeña y los derechos que de él se derivan para la comunidad LGBT.
De modo que reconocer como legítima la unión entre dos personas les facilita también disfrutar de otros derechos básicos que hoy les están negados a las parejas no heterosexuales, como el derecho patrimonial, a una pensión en caso de fallecimiento de la pareja, a formar una familia, acceder a la reproducción asistida o la adopción, entre otros.
A diferencia del texto vigente, que define al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, el artículo 68 del anteproyecto lo contempla como la unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello y que descansa en los derechos y deberes de los cónyuges.
El texto reconoce igualmente la diversidad de estructuras familiares, es decir, todos los tipos de familias, de lo cual podrían derivarse otras normas legales que garanticen el derecho de las parejas no heterosexuales a tener acceso a las técnicas de reproducción asistida y la adopción.
Ambos temas se anuncian muy polémicos en un país que ha avanzado mucho en la comprensión y aceptación de la diversidad sexual, pero también se sostiene en una fuerte cultura patriarcal e historia homofóbica.
Activistas en Cuba comenzaron a reclamar la inclusión y reconocimiento de los derechos de todas las orientaciones sexuales e identidades de género en la reforma constitucional desde antes que el documento se llevara a consulta de la Asamblea Nacional, con poder legislativo, los días 21 y 22 de julio.
Igualmente reaccionaron con fuerza, sobre todo en las redes sociales, ante una declaración de líderes religiosos de las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental, la Liga Evangélica de Cuba, la Iglesia Metodista en Cuba y la Iglesia Evangélica Asambleas de Dios, que arremetió contra el reconocimiento de las parejas del mismo sexo y «la ideología de género».
Los debates continúan ahora a nivel popular y el ciudadano, mientras el tema toma espacio en los medios de comunicación, nacionales e internacionales.
También circula por esos días, mediante correo electrónico, redes sociales e Internet un dossier confeccionado por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) que, bajo el título «Deconstruyendo mitos en torno a las parejas del mismo sexo», difunde evidencias e información científicas acerca de la comunidad LGBT, el matrimonio igualitario y las familias no heterosexuales.
Entre otros argumentos, ese texto cita la declaración «Resolución sobre orientación sexual, padres e hijos: Padres gays y lesbianas» de la Asociación Americana de Psicología, adoptada en junio de 2004.
Dicha declaración refiere que «los padres gays y lesbianas tienen tanta probabilidad como los padres heterosexuales de proporcionar ambientes sanos y protectores para sus niños. Las lesbianas y las mujeres heterosexuales no difieren notablemente ni en su salud mental general ni en sus maneras de criar a sus hijos».
El texto de la Asociación Americana de Psicología alude, igualmente, a que «evidencias recientes sugieren que las parejas gays y lesbianas con hijos tienden a dividir el cuidado de los hijos y las responsabilidades del hogar de manera igualitaria y están satisfechos con sus relaciones».
La posibilidad de que la nueva constitución abra las puertas al matrimonio igualitario en la isla caribeña ha encontrado eco en medios diversos, entre ellos el New York Times, que publicó el 5 de agosto el artículo «Una revolución dentro de la Revolución: el matrimonio igualitario en Cuba», del profesor de la Universidad de Priçcenton, Eduardo Gallo.
Gallo asegura que «si en los años posteriores a la Revolución Cuba fue un modelo para los gobiernos de izquierda de todo el mundo, en el siglo XXI podría ser un ejemplo para legisladores internacionales en busca de modelos para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos LGBT».
De aprobarse como se formula el artículo 68 del proyecto de Constitución, Cuba sería el octavo país de la región que legislaría a favor de la unión no heterosexual, con un reconocimiento y protección en derechos y deberes para todos los tipos de familias.
El primer país de este continente que legisló al respecto fue Canadá, en 2005, mediante la Ley de Matrimonio Civil. Luego lo han hecho Argentina, México, Brasil, Uruguay, Colombia y Costa Rica.

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